Catedral de Ciudad Rodrigo. BMW R 18 Transcontinental
Amanece el viaje y
ya viene cambiando su rumbo, su derrota, sus luces. Seguramente por mirarse en
el agua que me empapa vestida en arrogancia viajera.
Cierto es que somos
los viajeros temerarios y arrogantes. Será sin duda, porque necesitamos
arrimarnos a la magia. Difícil asunto…
Es en lo
desconocido donde duerme “El misterio de las Catedrales”, lugar exclusivo y
excluyente donde los Sueños son la verdad misma.
Ha empezado este
viaje como tantos, queriendo abarcar lo que se nos viene encima, queriendo
participar de su gobierno.
Noventa y tres
catedrales pintan estas Tierras nuestras. En un primer planteamiento pretendí
verlas todas, mayoría absurda, error craso.
Ha bastado toparme
con la primera para ver que la realidad, no siempre va de la mano de intenciones
vanas. Ciudad Rodrigo y su Catedral de Santa María me han enseñado el camino
humilde, el lógico, el que viene desnudo de presunciones y de fuegos fatuos.
Sólo quiero una catedral por viaje. Descubrimiento mirobrigense.
No hubiera podido
nacer el hechizo más que en Tierras Leonesas. Miróbriga, ciudad amurallada
cargada de mil cuentos y palacios. Y su catedral nacida allá por el siglo XII
para mayor gloria de piedras y montañas cercanas. Historia que agarró carta de
naturaleza allá por el XIX con mil batallas vestidas en independencias, en
luchas estériles que dibujaron un triángulo pavoroso. Ese que en cada ángulo
tenía a españoles, franceses e ingleses. Este contra el otro, el otro aliado
con el primero y enfrentado al tercero, para al final, matarse todos contra
todos…
Eso vio impasible
la Catedral de Santa María, crecida a naciente y la Corredera que rompe este
pueblo en dos mitades insultantemente perfectas.
¡Cuántas veces me
habré sentado a sus afueras! ¡Cuántas veces me ha acompañado su olor a madera
en sus adentros!
Ahora, en este
primer viaje, llego a Ella con una moto perfecta. Moto y excusa, moto y Camino
para poder seguir respirando este misterio.
Difícil resulta
combinar tantas sensaciones. Búsquedas ancestrales unas, y otras no tanto.
Mil libros se han
escrito sobre esta maravilla arquitectónica. No pretendo en estas pocas líneas
alabar su presencia, su parsimonia, su calma.
Sí quiero relatar
lo sentido al llegar a su Puerta con la R 18.
Pasado y presente.
Piedra y carbono. Felicidad y añoranza. Ha resultado ser este viaje la
complicidad ausente. Esa que viene acompañada de verdades silentes.
Decían los griegos:
“La perfección irrita a los Dioses”.
Eso, ni más ni
menos, es esta moto. Noble, bella y ciertamente discutible para tantos… Pero,
no hagamos caso a necios que desconocen catedrales y líneas de antaño.
He respirado en
estos días aires nuevos y viejos. Me quedan otros viajes con hermanas de esta
moto.
Y me sentiré acompañado.
Por estas motos y
por el Misterio de las Catedrales…
Willy Sloe Gin
Mi agradecimiento a
BMW España Motorrad, BMW Movilnorte Motorrad, Fred Olsen, Onda Cero Ciudad Rodrigo, Turismo Siglo XXI - OndaTenerife, Shiro Helmets, EBF Canarias. Y cómo no, a Tachi Izquierdo y Aída
Acosta.