LA SORPRESA COMPLETA. BMW R 18
Armo la pluma para escribir
riesgos, aventuras nuevas. No tengo por más que relegar lo escrito hace poco y
así poder continuar el anterior relato en una próxima entrega. Pero lo cercano,
lo próximo es lo que manda. Actualidad bañada en premura tantas veces absurda. No es el caso… No me olvido de mis faros, de aquellos seis
cilindros en línea. Transversales y perfectos… como esas curvas insultantemente
rectas que vistas desde la Mar tantas veces he visto y soñado.
Y es que como decía el sabio,
“Vivir no es otra cosa que morir a diario”. No llegará a tanto la cosa…
Cambio pues de tercio para
escribir sobre otra joya, para sentir faenas distintas.
Tres meses y tres estandartes que
me han llevado a vivir intensamente carreteras y tantos más aprendizajes. Tres
viajes con tres buques insignia de nuestra Marca. Cuando crees que lo tienes
todo visto, cae en tus manos o yo en las de Ella, este nuevo “navío de línea”.
Sí, creemos venir de vuelta, arrogantes por tanta milla vista, por tanta gente
conocida en lugares difícilmente alcanzables. Craso error…
Estos meses aderezados con
prohibiciones y desgracias, comenzaron con la compañía de la polivalencia hecha
moto. BMW R 1250 GS HP Adventure. Referente y referencia en carreteras de
cualquier tipo, con o sin tierra. Volví al poco al mismo lugar, esta vez con
mejor compañía y con otra joya. BMW K 1600 Bagger Grand America. Otro referente
en un segmento distinto. No quiere arenas ni pistas raras aunque por todas me
ha acompañado. Es en carreteras amplias donde mejor se desenvuelve. Ya escribí
en un artículo anterior que me faltaban colores en mi paleta para glosar las
virtudes de semejante moto… Volveré a hablar de la Bagger.
Y para rematar la faena me cayó
encima otra reina.
BMW R18. El paradigma de las “custom”.
La R18 te fuerza de forma
inmisericorde a entenderla, a acostumbrarte a su motor y sus formas, a todo lo
que despierta, a tantos que la miran y admiran. Altas pasiones sin duda.
Muchos han querido fotografiarse
a la vera de la moto. De hecho, en alguna ocasión he tenido la oportunidad de
presenciar cómo, no menos de quince personas se “daban la vez” para
inmortalizar el momento. Todos esperando estoicamente su turno. No es para
menos.
Será por lo impresionante de su
bloque motor, por sus dos cilindros de novecientos centímetros cúbicos por
barba y banda. Por su altísima tecnología escondida en una apariencia del siglo
pasado.
En definitiva, que no le falta
detalle. Gobernado todo por tres modos/mapas que hacen que pase de ser un gato
a una pantera para acabar siendo un tigre de Bengala. Lisa y llanamente
perfecta.
Abandonada la ciudad crece en su
esencia, consciente de su poderío.
Y nos pedirá calma para no
agotarnos en una primera ruta, por no acabar con nosotros en el primer asalto.
Con Ella tenemos delante el viaje
que no el turismo. Largo o corto. Que cada cual decida, pero que lo haga con la
R18
“El viaje es lo que cuenta”
Homero
@Willy Sloe Gin
Nuestro agradecimiento a los que apoyan este proyecto: