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sábado, 6 de julio de 2019

Norte de Portugal. Allá nos esperaba Marialva.-Willy


NORTE DE PORTUGAL. ALLÁ NOS ESPERABA MARIALVA.



Dicen nuestros mayores y no sin razón que Norte y Sur no andan de la mano, que son bien distintos. Que si más hacia arriba, más melancolía y que tirando “pabajo”, más Luz, más chanzas… Nada más lejos de la realidad.
Hemos entrado por el Norte. En este punto cardinal cosido a mi Luz por lluvias y nieblas, se siente Sibila en su elemento. Reconozco mi devoción por el desparpajo de Luz que largan mis Tierras. No deja de ser todo lo mismo. Belleza en estado puro, insultante.
A fuerza de leguas se tornan las cosas. Sibila norteña y leonesa, yo del sur, de Andalucía.
Así se entrecruzan ánimos, sentimientos, bromas y lo que a uno le falta se lo regala o presta el otro.
He escrito hasta la extenuación sobre el misticismo del Viaje. Sendas soñadas tantas veces y por fuerza, cambiadas otras tantas.

Parador de Ciudad Rodrigo
La Veinte Restaurante- Conde Rodrigo I
Dejado atrás Ciudad Rodrigo, su Parador, el Restaurante la Veinte y aquel calor “norteño” que desprende,  nos adentramos en Portugal por Vilar Formoso. Lugar fronterizo que pinta, como siempre, lindes que deberían ser inexistentes.
Fue nuestra primera intención llegar lo antes posible a Bragança, para luego descansar en Mirandela. Sería más tarde lo que allá nos esperaba, que antes apareció otro de los lugares mágicos que salpican el Norte de Portugal. Leguas que nos hacen cambiar rumbos para soñar castillos que no estaban previstos.


De esta guisa, buscando monasterios, conventos y palacios, (del mismo modo que busqué, no hace tanto, Luces vestidas en piedra), nos damos de bruces con Trancoso y por fin Marialva.
Es aquí donde decidimos posponer nuestra llegada a Bragança y así emborracharnos de su aldea amurallada, de su castillo, de sus vistas imponentes. Bucear, si cabe, en la Edad Media  que anega todo el pueblo.

No deja de ser curioso.
Fue Marialva lugar dejado atrás en un anterior viaje por necesidades del guión. Hoy sin pretenderlo hemos recalado en sus calles. Misterios… Duendes que se embarcan en motos y corazones. Duendes, que ni somos capaces, ni queremos que dejen de darnos el Norte que vamos buscando.




Resultó un lugar para sentirlo en silencio. Ya Ella, nos contó a voces su Historia…



É verdade que, para chegar a algumas destas aldeias, as estradas são sinuosas, têm curvas e contracurvas, mas dão ainda mais verdade a esta viagem. As doze Aldeias Históricas encontram-se no Centro de Portugal, são todas diferentes, todas encantadoras, cada uma à sua maneira. Parecem ter sido construídas pedra sobre pedra, com carinho, muito preciosismo e bom gosto.

Willy Sloe Gin