Ciudad Rodrigo y BMW R 1200 GS (2018). La
felicidad completa.
Varias veces he empezado a escribir esta nueva
entrega. Siempre rechazadas por resultar convencionales, carentes del sentimiento
que demanda semejante viaje.
Inmerso
en la búsqueda de faros, abadías y catedrales por Europa Occidental, se hace
necesario mirar hacia atrás, pausar la aventura, volver al principio. Preámbulo
o prólogo que ha sido Ciudad Rodrigo. Para volver, para finalizar el viaje
arropado por sus dehesas.
Y como
todo lo mágico, lo auténtico aparece sin esperarlo. De puntillas, disfrazado en
misterio. Así aterricé en esta ciudad de Salamanca. Con la cabeza puesta en los
más de diez mil kilómetros que me esperaban, se detuvo el tiempo en esta Tierra
de “farinatos” y de piedras que sujetan palacios de siempre.
Necesario
pues, volver sobre mis pasos, hablar de este pueblo y cómo no, de mi
“compañera” de viaje. Antes se hace necesario contar lo sentido. Seguramente
así consiga que más de uno visite, viva y sienta tamaña Belleza. Que como yo,
se hagan cómplices de los amaneceres imposibles que nos regala Miróbriga. Luces
que se posan en su Catedral para iluminarla más si cabe. Catedral única,
desconocida para tantos, para mí mismo…
Imprescindible también bucear en sus noches,
en sus murallas, en su Historia, en sus ventanas dibujando ángulos únicos, en
sus leyendas, en sus escudos “torcidos”. Aparecí por allá como por tantos sitios.
Lugares que a fuerza de pisarlos, te
engrandecen, te alegran, te entristecen. Que te hacen sentir para poder seguir
viviendo.
Pero nada hubiera sido posible sin mi
compañera, mi moto. R 1200 GS. BMW que ha resultado ser el paradigma de la
felicidad, de la aventura, de la soledad buscada, de tanto que tenemos aquí
mismo. Cómplice más que compañera. Amiga perfecta, cabal. Hace tiempo la definí
como la Moto perfecta. Me reafirmo en lo dicho. Versión última que mejora a las
anteriores. Todo potencia y dulzura vestida en líneas que enamoran a
cualquiera.
Cuatro
caminos me llevaron a esta ciudad, a este pueblo. Sendas, estilos que te ayudan
a comprender lo que tienes delante. Resumido todo en su Catedral. Románico,
gótico, barroco, neoclásico… Todo perfecto, pura armonía. Desde el Paleolítico
Inferior a la Edad de Bronce, a la Edad Media. De los Trastámara a su
indiscutible relevancia en la Guerra de la Independencia, ya en el XIX. También
es el cuatro un número mágico. Cuatro estilos que flotan y gobiernan todo lo
posible, quizá el Misterio de su Catedral, que diría Fulcanelli.
Así,
buscando abadías y catedrales ando con mi GS. Curioso resulta haber encontrado
una de las más bellas tan cerca. Su Coro, su Pórtico del Perdón o de la Gloria.
A San Francisco asomado al abismo mismo de lo inmenso, guardando desde lo alto
la cruz latina que da forma al edificio como sus murallas y el río Águeda
conforman Ciudad Rodrigo. Cruz Latina que ha bendecido tanto kilómetro que se
me venía encima.
Se podría hablar de tanto… Seguramente lo habrán hecho otros. A mí me importa lo sentido en estas tierras. Para que el que pueda venga y las viva intensamente. No pude ser de otra forma. Que se maravillen con su magia. Lo demás ya está escrito.
Salí de Ciudad Rodrigo buscando. He recorrido
Portugal, España, Francia, Italia e Inglaterra. Y desde Santander, como la
acémila vuelve a su querencia, me vi de nuevo en esta Tierra salmantina. Veinte
días más tarde. Necesité entonces reencontrarme con sus luces, sus calles, sus
palacios y sobre todo con sus gentes. Para sumergirme de nuevo en los mil
sentimientos que me despertó desde el principio.
Volveré sin duda, que más de un Lucero de allá
viene ya conmigo.
Mi agradecimiento a Fijet España, a Movilnorte
BMW Motorrad, a BMW Ibérica, a Spidi Italia, (Alessandro Cavazza), a la Diez
Gestiona Radio, (Miguel Ángel González Suárez), a Turiscom y por supuesto a
Aída, Belén, Irene, Maribel y Fran por mostrarme el amor inmenso que sienten
por su Tierra.
Willy Sloe Gin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario